En los comienzos de la actividad de Lota por mediados del
Siglo XIX, donde la demanda de este mineral era para la mayoría de las
industrias de esa época era fundamental para su funcionamiento, como ejemplo de
las Fábricas de Vidrio y Forestales de parte del mismo Luis Cousiño; las
condiciones de vida de los trabajadores tenían la constante tendencia de ser
precarias y tratadas de manera ineficiente por parte de los Encargados o
Superiores que estaban a cargo de ellos. Partiendo con los principales
problemas del Sector Social; pocos eran los que podían jactarse de tener una
vivienda digna llegando incluso a tener hacinamientos; no tenían
establecimientos educacionales para sus hijos; el trato inhumano que recibían
de sus Jefes; el sistema de pago que en este caso correspondían a Fichas de
Cambio que se podían utilizar únicamente en las Pulperías de la Mina, lugar
destinado al negocio de fichas por principalmente alimentos, era considerado un
medio de pago poco justo por parte de los obreros, siendo demostrado por el
continuo descontento de ellos hacia este sistema; por lo que para ganar más
recursos llevaban a sus hijos varones para que también contribuyeran
económicamente a la familia, obligándolos a trabajos forzados que aumentaron el
índice de mortalidad infantil. No podemos olvidarnos de los continuos riesgos
de epidemias o enfermedades que pueden adquirir los trabajadores adentro del
túnel, debido a factores como la mala calidad del aire en las minas pudiéndolos
llegar a asfixiar, las bajas alturas de los túneles que obligaban a los mineros
a realizar sus labores constantemente agachados dándoles dolores de columna
irreparables, la oscuridad que causaba dolores a la vista, y la presencia de
gases imperceptibles al ser humano siendo el más común el Gas Grisú, que tenia
la consecuencia de muerte por la inhalación prolongada debido al alto grado de
letalidad que tenía. Para estos problemas junto al grupo de trabajo se contaba
con un pájaro en una jaula o canario en la mayoría de los casos, que indicaba
la presencia de gas tóxico cuando se desmayaba, pasando con el paso del tiempo
a ser una lámpara con una pequeña llama que al aumentar su tamaño era capaz de
determinar la cantidad de gas en el ambiente y así evacuar de forma rápida y
efectiva.
Durante esos años, los horarios de trabajo eran de 12 horas
seguidas, que contaban desde el primer golpe al carbón dentro de la mina, por
lo que el tiempo que se tardaba uno en adentrarse al túnel y llegar a la zona
de labor eran gratis y no les pagaban; pero con el paso del tiempo las 12 horas
comenzarían a cumplirse desde la entrada a la misma mina. La protección que
tenían en el cuerpo no era para nada efectiva donde con suerte podían contar
con un gorro de cuero.
Las labores mineras comenzaron a cambiar a beneficio de los
obreros con los inicios de protestas a favor de condiciones de trabajo
mejoradas. El primer movimiento fue la primera rebelión de Lota de 1854, pero
no fue hasta 1920 donde se inició una
huelga general que obligó a la Compañía
de Lota y Coronel a considerar algunas de las demandas de los trabajadores
mineros y a desarrollar un plan de beneficios sociales y así disminuir las
muertes de tanta la parte adulta como infantil.
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